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24 may 2007

La Reina que había perdido su sonrisa junto a la de Su Princesa


Cuando los días pasan tan lentos como han pasado durante esta semana y la anterior, siento que la vida se me alarga pero de amarguras.
He visto a mi hija triste, demasiado triste para tener 11 años.
Las cosas se van complicando con el avance de los años y ser demasiado sensible, como lo es mi Princesita, no es bueno en estos días y no lo será en el futuro dado que todo va empeorando.
¿Qué daría yo por no verte sufrir mi amor? No lo sabes, y no hay forma de decírtelo con palabras.
Capaz de muchas cosas es una madre y yo no soy la excepción. Te amo, y haré todo lo que esté a mi alcance para verte feliz y evitarte cualquier problema o dolor, pero lamentablemente hay cosas que son inevitables y tenemos que pasar juntas esas cosas y esos momentos especiales.
Quisiera decirte que la vida es un mar de rosas, un océano de amor y cosas bellas, pero nada hay más lejano a la realidad. La vida es dura, sí es un mar pero no de rosas sino de espinas, un océano de envidias, de mentiras, de traiciones y de fatiga, una realidad muy distinta a lo que se pueda uno llegar a imaginar.
Los cuentos de hadas son cuentos de hadas y nada más. No quiero decirte que no hay magia en la vida, sí la hay, pero la magia está dentro de ti junto a la sabiduría genéticamente heredada y a la adquirida; de vos depende, Hija Mía, que tu vida esté llena de amor y magia, y de gente que vale la pena.
No sufras por esas que dijeron ser tus amigas y te han abandonado en la soledad de los pasillos de la escuela. Déjalas que se vayan y se alejen, si te dicen lo que te dicen y si te dejan en completa soledad sabiendo que sufres es porque realmente no son tus amigas. Y llegarán con el tiempo otras personas que sí querrán ser tus amigas y que darán el valor correcto a tus sentimientos, a tu inteligencia, a tu persona toda en cuerpo, alma y pensamiento y te darás cuenta cuando los años pasen que aquellas nenas que te dejaron sola en el recreo cuando corrían los días del año 2007 no eran tus amigas y no valían una sóla lágrima tuya.
Yo no estaré cuando recuerdes estos días, estaré sí en tu corazón y en tus recuerdos, pero no podré abrazarte físicamente pero verás, Hija Mía, que estaré a tu lado porque las rosas y los jazmines te dirán que estoy cerca de ti.
Te amo.

Wilhemina Queen
La Reina que había perdido su sonrisa junto a la de Su Princesa.
Tu Madre.