He venido padeciendo malestares y dolores que no le deseo a nadie en el mundo. Ha sido tanto dolor, ES tanto el dolor, que hubo noches y las sigue habiendo todavía, en que he pedido al cielo que mis ojos se cerraran para siempre.
Ahora queda poco, a mis problemas ya conocidos se suma una fisura “de último momento” en mi intestino. Bueno, ya estoy jugada como digo yo.
El 28 me operan, aún no sé la hora, pero el 28 iré al “Gran Quirófano” como le digo yo a dormir plácidamente, a entregarme a las manos del equipo médico del mi doctor que viene pasando conmigo los mil pesares desde que todo esto comenzó.
He de confesar que esta vez tengo miedo; ¡ey, ey, ey! No tengo miedo a “irme”, si me explico…, tengo miedo al post-operatorio.
Pienso en mis amigos y amigas, no quiero olvidarme de ninguno de ustedes por eso no los nombraré; pero sepan, en sus corazones, que los quiero mucho a todos y todas.
(…lloro…)
Quedan 6 días de agonía.
Son pocos días pero en medio de este dolor tan intenso que no me da respiro hoy siento que estos 6 días son una eternidad, entonces comprendo que el tiempo es relativo y que hoy mis días se parecen a un siglo y me duele el cuerpo, y también me duele un poco el alma.
Mañana será otro día, mañana será otro siglo en la cuenta regresiva