Esta novela de Camilo José Cela. Una de sus mejores obras y en mi opinión: la mejor de todas, revela los pensamientos y sentimientos de una pequeña-gran señora victoriana inglesa (Msr. Caldwell) que ha perdido a su único hijo, que murió ahogado en las profundas aguas del mar Egeo.
Ciento ochenta y cuatro páginas y doscientos doce capítulos de una conversación que mantiene la señora Caldwell con Eliacim, su hijo muerto, al que amaba de una forma especial y estaba enamorada de él de forma enrevesada. Algunos capítulos son muy cortos, tanto es así que hay uno que tiene el título más largo que lo que cuenta.
Escrita en dos momentos diferentes, en dos partes; comenzó a ser escrita en el año 1947 y el segundo envión de escritura terminó en 1952 y en el año siguiente, en 1953 vio la luz en papel impreso.
Mrs. Caldwell escribe casi a modo de diario íntimo o soliloquios estos momentos de su vida; ya viuda, madre huérfana de su hijo marino.
Un recuerdo, un dolor, un perfume, un deseo, cualquier detalle puede desencadenar el capítulo donde Eliacim regresa a su presente, extraído de su panteón en el fondo del mar para formar parte activo-pasiva en la vida de esta señora y su presente solitario.
Pintoresca y reveladora, esta novela de costumbres (costumbrista) contiene una mezcla bien inglesa de humor e ironía donde Eliacim termina siendo para esta madre un desertor de la vida y ella odia lo que ama y ama lo que odia: Eliacim