Hoy quisiera tener mi reino en absoluto silencio. Hoy quiero gritar pero hacia adentro para no desgarrar la mirada de mis ángeles custodios. Gritar desesperadamente hasta la última gota de aire... Hacia adentro, para que nadie sepa que grito, para que nadie deduzca o se imagine qué clase de grito es el que expulso... para que nadie vea que tengo ganas de acabar con todo, de decir malas palabras, de estar enojada como no lo he estado nunca sin que nadie me reproche mi cara de traste o mis lágrimas, o mis arrugas, o mis pocas ganas de seguir luchando.
Quisiera ahogarme en mil botellas de cerveza, vino o espumante, da igual la marca, el tipo, la finura, porque quisiera perder la conciencia completamente para no sentir nada, para irme, para irme, para irme.
Soy imperfecta ¡vaya novedad! Y dentro de mi propia imperfección soy buena persona, y me pregunto de qué carajo me ha servido. Para qué tanto esfuerzo dando ejemplo a la descendencia, para qué tanto sacrificio, para qué ¡PARA QUÉ!
Hoy no para de sonar el teléfono y juro que no vuelvo a atenderlo jamás. Si me quieres hablar llamáme al móvil.
Quisiera ahogarme en mil botellas de cerveza, vino o espumante, da igual la marca, el tipo, la finura, porque quisiera perder la conciencia completamente para no sentir nada, para irme, para irme, para irme.
Soy imperfecta ¡vaya novedad! Y dentro de mi propia imperfección soy buena persona, y me pregunto de qué carajo me ha servido. Para qué tanto esfuerzo dando ejemplo a la descendencia, para qué tanto sacrificio, para qué ¡PARA QUÉ!
Hoy no para de sonar el teléfono y juro que no vuelvo a atenderlo jamás. Si me quieres hablar llamáme al móvil.
Wilhemina Queen
anhelando un momento de silencio entre las llamas