Hoy es un día especial, un día que jamás imaginé que llegaría. HOY CUMPLO DOS AÑOS, 24 MESES SIN FUMAR. Aquella vez fue una decisión difícil, que venía meditando desde hacía varios meses, sobre todo por las noches. El tema del tabaco junto con algunos síntomas que no podían ser posibles para mi edad me llevaron al punto álgido de tener miedo de morir a los 38 años por culpa del cigarrillo. Morir por el cigarrillo a los 38 no es una buena forma de morir. La verdad es que me asusté y unos días antes mi esposo, Daniel, me había regalado un libro sobre el tema y cuando leí que ese cilindro pequeñito tenía más de 4000 sustancias peligrosas además de la archifamosa “nicotina” me asusté más; y el 5 de junio de 2006, antes de las 6 de la mañana cuando apenas abría los ojos y aún no había atado los cordones de mis zapatillas y yo ya tenía un pucho encendido en la boca, ahí fue que me sentí absolutamente estúpida, tiré ese cigarrillo y para mis adentros dije: HOY DEJO ED FUMAR. Y lo dejé.
Fue muy difícil pero tuve el apoyo de toda mi familia. Tuve en tres ocasiones diferentes síndrome de abstinencia, MUY FUERTES, tuve vómitos, temblores, fiebre, estaba muy irritable, lloraba, hasta hacía el gesto de llevar un cigarrillo a la boca sin darme cuenta que tenía un lápiz de escribir o un bolígrafo en la mano. Tuve muchos, muchos síntomas feos, pero me impresionó mucho levantarme luego de una noche fatal de abstinencia y mucha transpiración y ver las sábanas blancas como si fueran tubos de chimenea. Mi cuerpo estaba expulsando por la piel todo lo que el cigarrillo había depositado año tras año en mi cuerpo. Me impresionó hasta el límite ver mi figura en la cama dibujada en gris y transpiración.
Dos años han pasado. Y desde entonces descubrí un nuevo universo, aquel universo de aromas y sabores que había perdido. Hoy, si me permiten, quiero felicitarme porque fue difícil, doloroso, penoso y desesperante. Era una adicta. Ahora ya no lo soy.
Verónica *Wilhemina
Fue muy difícil pero tuve el apoyo de toda mi familia. Tuve en tres ocasiones diferentes síndrome de abstinencia, MUY FUERTES, tuve vómitos, temblores, fiebre, estaba muy irritable, lloraba, hasta hacía el gesto de llevar un cigarrillo a la boca sin darme cuenta que tenía un lápiz de escribir o un bolígrafo en la mano. Tuve muchos, muchos síntomas feos, pero me impresionó mucho levantarme luego de una noche fatal de abstinencia y mucha transpiración y ver las sábanas blancas como si fueran tubos de chimenea. Mi cuerpo estaba expulsando por la piel todo lo que el cigarrillo había depositado año tras año en mi cuerpo. Me impresionó hasta el límite ver mi figura en la cama dibujada en gris y transpiración.
Dos años han pasado. Y desde entonces descubrí un nuevo universo, aquel universo de aromas y sabores que había perdido. Hoy, si me permiten, quiero felicitarme porque fue difícil, doloroso, penoso y desesperante. Era una adicta. Ahora ya no lo soy.
Verónica *Wilhemina