Y bueno, como no podía ser de otra manera, jaja, al ver las mini-sandías en la verdulería no pude más que traerme una y ponerla en la heladera. Ya fría, y con una vaso de burbujeante coca "lai" aquí estoy, recordando que un 2 de enero de hace 22 años esta reina destronada y descoronada llegaba a Buenos Aires con lo puesto y una muda de ropa en la valijita.
22 años... y cuántas pero cuántas cosas han pasado...
Me siento bien. Puedo mirarme al espejo y contemplar mis incipientes canas plateadas y mis marcas de expresión y las que se insinúan ya como arrugas. Me siento afortunada, para la edad que tengo las arrugas todavía no se han hecho notar. Las canas me gustan. Me gusta lo que el espejo me transmite: VIDA VIVIDA, y viviendo, y sigo, y yo aqui hoy contigo y con mi coca "lai" y mi sandía compartiendo un cachito de la vida.
22 años... y cuántas pero cuántas cosas han pasado...
Me siento bien. Puedo mirarme al espejo y contemplar mis incipientes canas plateadas y mis marcas de expresión y las que se insinúan ya como arrugas. Me siento afortunada, para la edad que tengo las arrugas todavía no se han hecho notar. Las canas me gustan. Me gusta lo que el espejo me transmite: VIDA VIVIDA, y viviendo, y sigo, y yo aqui hoy contigo y con mi coca "lai" y mi sandía compartiendo un cachito de la vida.