Querido Amigo:
Acabo de levantarte. Domingo: 7:24 de la mañana. He leído tu mensaje de agradecimiento y yo debo darte las gracias a vos, porque en una tarde de «m.......» vos y Cata me pusieron una sonrisa de esperanza en la cara.
También acabo de leer tu último poema. Yo también me pregunto muchas, muchas, tantas veces ¿Por Qué? Y me duele el alma, porque miro a mi alrededor y solamente veo «personas» corriendo por aplastar al que está al lado, por tener un auto mejor, una casa más grande, un tapado de Dior o un pantalón de marca y acá cerca, acá nomás, no precisamos irnos lejos, la miseria arrasa con la dignidad.
Me temo que hay poca gente que aún mantiene el alma despierta y compasiva, con esa compasión bien entendida que empieza por el amor incondicional al otro, por hacer propio su dolor aunque no pueda uno cambiarlo.
Gracias querido amigo, por estar allí.
Acabo de levantarte. Domingo: 7:24 de la mañana. He leído tu mensaje de agradecimiento y yo debo darte las gracias a vos, porque en una tarde de «m.......» vos y Cata me pusieron una sonrisa de esperanza en la cara.
También acabo de leer tu último poema. Yo también me pregunto muchas, muchas, tantas veces ¿Por Qué? Y me duele el alma, porque miro a mi alrededor y solamente veo «personas» corriendo por aplastar al que está al lado, por tener un auto mejor, una casa más grande, un tapado de Dior o un pantalón de marca y acá cerca, acá nomás, no precisamos irnos lejos, la miseria arrasa con la dignidad.
Me temo que hay poca gente que aún mantiene el alma despierta y compasiva, con esa compasión bien entendida que empieza por el amor incondicional al otro, por hacer propio su dolor aunque no pueda uno cambiarlo.
Gracias querido amigo, por estar allí.