Este texto em lo envió
Mía por mail, tal cual ella me lo ha enviado lo coloco aquí pues me parece estupendo y que debo compartirlo.
SE PROHÍBE
Fernando Soto Aparicio
en "La noche del girasol"
Se prohíbe sembrar la discordia, no sólo porque es más fácil sembrar miosotis, albahaca o tulipanes, sino porque las semillas de la discordia hacen crecer árboles siniestros en los que acaban ahorcándose las esperanzas;
se prohíbe castigar a los niños porque sería lo mismo que darle latigazos a un ciruelo para que dé manzanas, o tirarle pedradas a un sinsonte para que deje de cantar y empiece a dar ladridos;
se prohíbe odiar porque el que odia produce – como las serpientes – su propio veneno; sólo que no se lo inocula a los demás, sino que se lo inyecta a sí mismo;
se prohíbe lanzar desperdicios al agua, porque equivaldría a tapar con periódicos viejos el rostro de la madrugada, o a inaugurar desde ahora la sed que será nuestro único patrimonio si es que el mañana existe;
se prohíbe dispararle a la alegría, que es una golondrina que vuela por todos los horizontes y que anida entre los gajos abiertos del corazón, desde donde nos cobija con sus alas extendidas sin limitación y sin cansancio;
se prohíbe poner piedras y obstáculos en el camino de los otros para que tropiecen y vacilen, porque en la medida en que les hagamos fácil el trayecto también tendremos quien nos ayude con el peso de nuestro equipaje;
se prohíbe gritar en la mitad de una música, escupir en la superficie de un paisaje, arrancar las hojas de los cuadernos donde estamos aprendiendo a escribir las recetas para que la vida tenga diferentes sabores;
se prohíbe hablar mal del amor aunque nos ladren los perros del despecho, porque el amor es la única luz que va quedando en un mundo al que con nuestras acciones volvemos cada vez más oscuro;
se prohíbe manipular el tiempo porque éste va más allá de los cronómetros, y en su medida exacta caben la vida y la muerte que son las dos porciones iguales de este reloj de arena que no aprenderemos a manejar jamás;
se prohíbe regar trozos de amargura porque éstos crecen en los surcos de la tierra y allí posiblemente acabarán matándola;
se prohíbe prohibir las palabras que nos iluminan y nos conducen y nos definen como amor, amistad, tolerancia, respecto, convivencia;
se prohíbe rendir culto a la tristeza porque ésta es una yedra mala que termina por destruir el árbol que la acoge;
se prohíbe renegar de la vida que es el prodigio nuestro de cada día, la fuerza que nos impulsa hacia la felicidad, y el hechizo que hace que nunca esté vacío el teatro universal en el que nos movemos hacia la muerte;
se prohíben el pesimismo y la desesperanza, las maldiciones y los lamentos, las blasfemias y las afrentas, para que podamos reemplazarlas por la fe y la confianza, las felicitaciones y los consuelos, las exhortaciones y los elogios;
se prohíben la soberbia y la envidia porque la una nos llena de viento hasta reventar y la otra nos anega de bilis hasta la agonía;
se prohíben los brazos cruzados y las manos crispadas y los corazones de piedra, para que crezcan libremente los abrazos de generosidad y de ternura, para que las manos se abran como madrugadas de cinco caminos sobre el mundo, y para que el corazón dé una cosecha de entendimiento y de fraternidad que alcance para todos.
ÉXITO
Ganarse el respeto de las personas inteligentes y el cariño de los niños. Apreciar la belleza de la naturaleza y de todo lo que nos rodea. Buscar y fomentar lo mejor de los demás. Dar el regalo de ti mismo a otros sin pedir nada a cambio, porque es dando como recibimos. Haber cumplido una tarea, como salvar un alma perdida, curar a un niño enfermo, escribir un libro o arriesgar tu vida por un amigo. Haber celebrado y reído con entusiasmo y alegría, y cantado con exaltación. Tener esperanza incluso en tiempos de desesperación, porque mientras hay esperanza hay vida. Amar y ser amado. Ser entendido y entender. Saber que alguien ha sido un poco más feliz porque tú has vivido. Éste es el significado del éxito.
Ralph Waldo Emerson
Pido a Dios en este día:
Luz y armonía para Jaime
Paz, aceptación y calma para Catalina