Hoy fui a pagar el alquiler, cosa que hago todos los santos meses y por primera vez no sentí bronca por tener que dejar tanta guita en la inmobiliaria, de camino cuando iba, crucé una sonrisa con un extraño y me sentí bien. Resulta que en el mundo todavía queda gente que le sonríe a los extraños que pasan mientras juegan con un gatito y un trocito de tela a las escondidas. Me sorprendió la alegría simple y llana de este hombre que, tirado en el piso y estando detrás de una puerta jugaba como un niño con un gatito atigrado, cachorro, que por sus ojitos, adivino, la estaba pasando genial, como el señor, y en medio de ese ritual, ésta, la Reina sin Trono y sin Corona, que ve esa escena y se sonríe con esa sonrisa que sale desde adentro, desde el fondo, desde el alma…Esa sonrisa sincera que no muestra siempre esta reina triste y cansada.
Ese hombre y ese gatito me alegraron el día junto con otras tantas y pequeñas cosas, pequeños gestos cercanos y lejanos, gestos que veo y algunos que no veo pero que sé que detrás de la pantalla y a pesar de las distancias están y permanecen y se quedan en el corazón.
Hoy estoy feliz por todas las grandes pequeñas cosas, por todas esas pequeñas grandes cosas simples.
Te quiero siempre
Wilhemina Queen
Hoy escribiendo desde el cielo
Ese hombre y ese gatito me alegraron el día junto con otras tantas y pequeñas cosas, pequeños gestos cercanos y lejanos, gestos que veo y algunos que no veo pero que sé que detrás de la pantalla y a pesar de las distancias están y permanecen y se quedan en el corazón.
Hoy estoy feliz por todas las grandes pequeñas cosas, por todas esas pequeñas grandes cosas simples.
Te quiero siempre
Wilhemina Queen
Hoy escribiendo desde el cielo