Hoy escribo con la izquierda. Tengo enyesados mano y brazo derechos, así que la cosa está complicadísima.
Tengo un vacío enorme en el alma que también se traslada a mi cuerpo. El vacío de la decepción es muy grande.
Sé que me he equivocado mucho, pero mucho, como todos los seres humanos; yo no soy una excepción. Me equivoco.
Intento cocinarme una porción de pasta. No imaginaba lo complicado que es hacer las cosas con una sola mano.
(Tengo mucha hambre)
Allá, del otro lado del charco no saben que estoy con una tendinitis fenomenal.
Quisiera llorar pero no puedo.
¿Llegará el día en que él, quien no voy a nombrar más ni por su nombre ni por su apodo, me pedirá perdón sinceramente?...
Contestaré a tus gritos sencillamente: “No te voy a molestar más, no seré yo un palo en tu rueda”.
Wilhemina Queen