In Memory of Lola Bertrand
Conozco una mujer llena de luz de mar y colores brillantes en su aura. Es tan bella y no me refiero a su belleza exterior. Creo que tiene unos 50 años, quizás más, quizás menos, cómo saberlo? Es que dicen que los ángeles no tienen edad.
Conozco una mujer llena de luz de mar y colores brillantes en su aura. Es tan bella y no me refiero a su belleza exterior. Creo que tiene unos 50 años, quizás más, quizás menos, cómo saberlo? Es que dicen que los ángeles no tienen edad.
Me acerqué a ella, como muchos, buscando su luz y a su lado me sentí una polilla. Feliz de estar cerca de esa tibieza que desprende y del amor que es capaz de hacer florecer hasta en los momentos más difíciles.
Muchas otras polillas como yo se le acercaron y a todas cobijó en su luz sin siquiera quemarnos, porque ella no quiere quemar a sus polillas, quiere mantenerlas vivas, cercanas y amorosas para que en algún momento dejen sus alitas en el piso y comiencen a brillar como ella misma.
Lola nos ama, ama a todas sus pequeñas y grandes polillas con el mismo amor que una madre tiene por sus hijos. Ella es la luz, es el faro en medio de la oscuridad del mar y del cielo… Nos ve revolotear cerca de ella, crecer, llorar, sufrir y dejar nuestra pequeña posición de polillitas para ser hermosas luces a su lado, ya sin alas, como estrellas.
Lola… Lola siempre vivirá rodeada de polillas porque ella es luz, amor, esperanza y alegría.
A una amiga muy especial, desde el otro lado de tu mar……
(Ahora, desde el otro lado del Más Allá)
Siempre Verónica
©VERONICA CURUTCHET