una mujer que había perdido su vida,
miró hacia abajo desde la cima
y se dio cuenta, tarde, que no
había hecho nada con su vida.
Cuando cruzó el umbral
pidió volver para intentar
hacer algo bueno y digno
en una vida tal vez corta
pero que le daría otra oportunidad...
Porque en realidad no había amado,
ni había soñado, ni había deseado...
solo había sufrido padeceres,
había odiado, había despreciado,
había olvidado ser persona.
Había una vez una mujer
que regresó del infierno de la soledad,
y lo dio todo en un abrir y cerrar de ojos,
y cuando nuevamente llegó a la cima
cruzó el umbral llena de luz divina.