Pensar en encontrarte y amarte es una ilusión, un sueño que nace cada noche en mi regazo y se desmaya en mi entrepierna.
Tu idea del vicio es la misma que la mía y allí me zambullo cual pez en el océano profundo y te pienso, y te traigo y te siento y termino en éxtasis solitario.
Hacerte humano dentro de mis entrañas mientras grito de placer y hacerte mío porque tuya no seré ni será nunca.
Llegar a lo erótico pasando por lo pornográfico sin escalas y seguir, cruzando las fronteras de la realidad cotidiana para asumir y tomar las riendas de esa realidad mental que nos ahoga a los dos tras bambalinas.
Confiar… jinete y cabalgadura uno en el otro sin tapujos, sin silencios, sin suspiros… Solo jadeos, piel, transpiración, jugos y olores de cuerpos dispuestos y calientes.
El odio no cabe en esta recorrida desenfrenada donde el sexo y el amor se juntan para encontrar el vergel de la locura del deseo.
No hay odio, no hay disfraces, ni moral ni dioses, solo estamos nosotros dos.
Tu idea del vicio es la misma que la mía y allí me zambullo cual pez en el océano profundo y te pienso, y te traigo y te siento y termino en éxtasis solitario.
Hacerte humano dentro de mis entrañas mientras grito de placer y hacerte mío porque tuya no seré ni será nunca.
Llegar a lo erótico pasando por lo pornográfico sin escalas y seguir, cruzando las fronteras de la realidad cotidiana para asumir y tomar las riendas de esa realidad mental que nos ahoga a los dos tras bambalinas.
Confiar… jinete y cabalgadura uno en el otro sin tapujos, sin silencios, sin suspiros… Solo jadeos, piel, transpiración, jugos y olores de cuerpos dispuestos y calientes.
El odio no cabe en esta recorrida desenfrenada donde el sexo y el amor se juntan para encontrar el vergel de la locura del deseo.
No hay odio, no hay disfraces, ni moral ni dioses, solo estamos nosotros dos.