Luego de meterme la mano en el bolsillo y de cagarse encima de mis problemas y de lo que me debía, sigue queriendo (como si se tratara de un mal chiste) de cobrarme cosas a mí que no le debí nunca ni jamás le deberé.
Me calenté, o sea: me enojé. Le dije varias cosas, con mucha altura a decir verdad pero cuando colgué el teléfono comencé a rumiar mierda, tanta mierda que si hubiera sido un tsunami hubiera arrasado con todas las Américas. De pronto, en plena oleada de fervor, de horror, de indignación y enojo me vino a la mente esta famosa frase de uno de mis ídolos, Napoleón Bonaparte con la que titulo este post.
Te la tiro, te la dejo y te la doy a vos lector:
“NO INTERRUMPAS A TU ENEMIGO MIENTRAS ESTÁ COMETIENDO UN ERROR”
Napoleón Bonaparte
Pensalo, es un buen consejo.
Hasta mañana.
Te saluda desde el rincón más remoto del infierno
WILHEMINA QUEEN
Ay mujer, ya verás, quien ríe último ríe mejor. Tu deja que las cosas sigan su curso y trata de relajarte. Al menos el resultado de todo esto es descubrir que esa amiga no era lo que parecía.
ResponderBorrarSaludos
Gracias Indianguman, así lo ahré. Dejaré que las cosas sigan su curso, pero realmente dudo mucho que alguna vez vuelva a confiar en las supuestas "amigas".
ResponderBorrarOjalá algún día pueda, en este momento veo en cada persona que se me acerca al "enemigo".
Que el cielo me ayude a recuperar la confianza (si es que se puede).
Gracias por pasar!
Un abrazo desde el más remoto rincón del infierno.
WILHEMINA QUEEN