Estoy pasando por un huracán. No sé cómo llamarle. Las cosas esyán mal.
Yo sigo peleando contra la depresión y creo que a duras penas respiro
(no tengo ganas de nada, ni de respirar...)
Trato de concentrarme en algo, pero no puedo.
Y por si fuera poco mi jefe (a dios gracias vive del otro lado del mundo) me está volviendo loca, realmente loca. Ya ni él sabe qué quiere hacer con su web. Las bolas por el piso tengo,
el ánimo en un infierno indescriptible y el alma hecha pedacitos.
Me pregunto si Dios decidió mirar para otro lado...
En fin, sigo, con pocas ganas pero sigo.
Mi corazón late ¿qué le voy a hacer?
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