Vivo en un país donde hoy la manteca me salió dos pesos con diecinueve centavos, hace quince días estaba a un peso con ochenta y siete centavos. No estoy en la miseria, mi reino es de clase media, clase laburante, trabajadora, y mi pregunta es ¿cómo vive la mitad de los argentinos cuando se gana tan mal y los alimentos aumentan todos los días?
Ya no hablo ni me atrevo a pensar en cómo vestirse, cómo calzarse, cómo estudiar.
Me entristece ver cuánta plata se despilfarra. Es que están en campaña electoral en la Ciudad de Buenos Aires, y durante mucho tiempo, podría decir que desde hace aproximadamente un mes me la he pasado atendiendo llamadas grabadas de los candidatos a Jefe de Gobierno y digo, es que ese servicio no lo darán gratis las compañías telefónicas, ¿verdad? O, ¿esta reina sin trono y sin corona es demasiado ingenua todavía?
(Espero ser ingenua y no pelotuda como alguien alguna vez me dijo: de tan buena sos pelotuda, cosa que me dejó petrificada, en fin….).
Sigo, tanta plata en campaña y sigue todo igual… Algún día, quizás nuestros tataranietos puedan ver la verdadera SOLIDARIDAD de los gobernantes, cuando un vaso de agua cueste lo que hoy cuesta una botella de champán, cuando sean irrecuperables las especies extinguidas y solamente en fotos puedan ver un tigre, cuando la mayor parte de la tierra sea un desierto y otra gran parte esté inundada gracias al calentamiento global que comenzó a crecer allá por 1950…
Quisiera decir tantas cosas mirando a ese niño que pasa tirando un carro y parando de vez en vez en la basura que los ciudadanos irresponsables han sacado para la recolección antes del horario reglamentario, revisando, buscando cartones y COMIDA. Ese niño no come sino sólo lo que encuentra en la basura, pero los candidatos siguen llamando a los ciudadanos de Buenos Aires.
Si supieran que yo no emito ningún voto… (me sonrío).
La vida sigue así como si nada.
La oferta de hoy: Manteca a 2 con 19.