Todos los grandes descubrimientos los hacen los aficionados
Siempre sucede... cuando empezáis un trabajo nuevo, sois muy creativos, os involucráis profundamente, proyectáis todo vuestro ser. Entonces, poco a poco, os vais familiarizando con el territorio. Y en vez de ser originales y creativos, comenzáis a ser repetitivos. Eso también es natural, porque cuanta más habilidad adquirís en cualquier trabajo, más repetitivos os volvéis. La destreza es repetitiva.
De manera que los grandes descubrimientos los hacen los aficiona¬dos, nunca la gente experta... porque una persona experta pone mucho en juego. Si sucede algo nuevo, entonces, ¿qué será de su vieja habilidad? Durante años ha aprendido y se ha convertido en un experto. Por ello los expertos jamás descubren nada; nunca van más allá de los límites de su conocimiento. Por un lado se vuelven más y más diestros, y por el otro, más y más aburridos, hasta que el trabajo parece una carga. Porque ya no hay nada nuevo que pueda entusiasmarlos... ya saben lo que va a pasar, saben lo que van a hacer; no hay sorpresa en ello.
Así pues, aprended una lección: es bueno alcanzar una habilidad, pero no es bueno acostumbrarse a ella para siempre. Cuando os surja la sensación de que las cosas se han estancado, cambiadlas, inventad cualquier cosa, añadid algo nuevo, borrad algo viejo. Volved a ser libres del patrón en el que habéis caído, lo que significa ser libres de vuestra habilidad; volved a ser aficionados. Eso requiere coraje y agallas, pero así es como se torna hermosa la vida.
Es el peligro de la rutina: quita la magia de la imaginación. Inspirador texto que me ha hecho pensar. (Saludos a mi regreso de las vacaciones)
ResponderBorrarMe has hecho recordar unos versos de León Felipe que citaba en un post hace unos meses:
ResponderBorrar( Crónica del Viento: No pierdas la ilusión )
Los versos decían:
...Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo,
pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero.
Que no se acostumbre el pie a pisar el mismo suelo,
ni el tablado de la farsa, ni la losa de los templos
para que nunca recemos
como el sacristán los rezos,
ni como el cómico viejo
digamos siempre los versos
La mano ociosa es quien tiene más fino el tacto en los dedos,
decía el príncipe Hamlet, viendo
cómo cavaba una fosa y cantaba al mismo tiempo
un sepulturero.
No sabiendo los oficios los haremos con respeto.
Para enterrar a los muertos
como debemos
cualquiera sirve, cualquiera... menos un sepulturero...
("Romero solo", de León Felipe)
Un beso, amiga,
V.
Genio Osho, un poco loquillo jajajja, pero me gusta mucho!
ResponderBorrarBesotes!
ASÍ ES PILAR
ResponderBorrarGRACIAS POR RECORDAR ESOS VERSOS Y DEJARLOS AQUI.
ResponderBorrarUN ABRAZO VALENTIN!
NEL, COINCIDO TOTALMENTE, JAJA
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