Los hombres no eran realmente el enemigo; ellos también eran víctimas que sufrían
las consecuencias de una anticuada mística masculina que los hacía sentirse inútiles
cuando no había algún oso al que matar.
BETTY FRIEDAN
La mística de la feminidad
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Hola, tu mensaje es más que bienvenido, no te vayas sin comentar. Si no querés dejar tu nombre podés hacerlo de forma anónima. Gracias por visitarme! Volvé pronto!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Hola, tu mensaje es más que bienvenido, no te vayas sin comentar. Si no querés dejar tu nombre podés hacerlo de forma anónima.
Gracias por visitarme! Volvé pronto!