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26 nov 2009

Párrafo Perfecto


Vine al mundo un día de aquel verano llamado del fuego, porque los bosques agostados ardían solos. ¡Diabólico tributo a la descendiente directa de un cardenal!
«¡Grande hasta en sus pecados!», como diría en su momento la Católica Isabel.
Quizá por esta causa mi madre sufrió mucho en el trance, y a punto estuve yo de morir. Pero me encomendaron a Nuestra Señora del Puig y enseguida aquélla sin peligro estaba, y mi padre también muy alegre aunque yo fuese niña, pensando que a Nuestro Señor le placería darle después hijos varones, muchos y buenos. Sin embargo, mi madre
nunca volvería a parir.



ALMUDENA DE ARTEAGA
La Princesa de Ëboli

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