Absorbo el humo de un cigarro,
miro cómo se eleva al expulsarlo,
el placer que me produce... ¡ah!
¡Qué cosa inexplicable!
Me asomo a la ventana,
lo único que veo son casas de cemento,
busco entonces mi ventana imaginaria,
vuelvo a asomarme y todo cambia.
Aspiro otro poco del cigarro y sueño,
me voy lejos con el humo..., floto.
Veo mi bosque verde que se alza majestuoso
y en el centro mi árbol que espera...
Se acaba este placer que me hace daño,
el humo se lleva consigo mis secretos,
el bosque se abre ante mis ojos,
me quedo aquí,
y espero...
© VERONICA CURUTCHET
Placer dañino, pero único y relajante, decía papá...
ResponderBorrarUn abrazo desde mi conciencia.
Muchas gracias por tu comentario y por la visita!
ResponderBorrarme gusta Mucho de hecho use una de Tus Imagene que bellas Exprsiones con mezcla de Inspiracion
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