Un ser alado puede enamorarse de aquel que vive en el mar, ¿pero el amor acaso sería suficiente? ¿En dónde vivirían?... ¿En las olas del océano? ¿En las hermosas figuras del cielo?
¿De qué manera, hechos el uno para el otro y amándose tanto, pez y pájaro, podrían hablar?
¿Acaso sería Eolo quien iría con los versos del amor de un sitio a otro, para acercarlos en el lienzo estelar?
Podrían enamorarse, sí, y acaso podrían amarse eternamente, pero jamás se podrían tocar.
© Verónica Curutchet
Buenos Aires, 2001
Quién sabe, no? Tal vez algún día puedan y sean felices.
ResponderBorrarMuy lindo tu escrito, Vero!
Feliz Día de la Patria!
STEKI.