Los disgustos son una señal de alarma, pues llaman nuestra atención sobre un problema, pero no deben convertirse en una forma de ver la vida o de afrontar las contrariedades. Se trata de que los consideremos como problemas a resolver y no como una «maldición». ¿Crees que tu vida es un desastre que no puedes manejar? REFLEXIONA.
Puede que, simplemente, hagas una montaña de un grano de arena. No pienses que no has nacido con suerte; TIENES QUE CREÁRTELA TÚ, empezando por no darle tantas vueltas a las cosas.
El mundo no es blanco ni negro: está lleno de matices. Entonces ¿por qué siempre tenemos que pensar lo peor? Démosle una oportunidad a la vida y, mejor aún, démonosla a nosotros mismos. El mundo es como nosotros lo veamos, lo que nosotros pensamos de él. Todo está en nuestra mente. Si cambiamos nuestros pensamientos, cambiará nuestra vida.
Dice la sabiduría popular que las palabras se las lleva el viento, y que lo que cuentan son los hechos.
Nuestros actos hablan de cómo somos, y reflejan nuestros pensamientos y creencias. Si quieres que tu vida esté llena de buenas acciones cultiva la fe en: TU CAPACIDAD DE SUPERACIÓN, TU PENSAMIENTO POSITIVO, EN LA GENEROSIDAD DE TUS SERES QUERIDOS. La capacidad de confiar te llena de fuerza interior, y te ayuda a transmitírsela a los demás.
«LOS PENSAMIENTOS NEGATIVOS, LAS FALSAS IDEAS PRECONCEBIDAS Y LAS PERSONAS VAMPÍRICAS SON UN LASTRE QUE NO TE PUEDES PERMITIR SI QUIERES MANTENER EL EQUILIBRIO Y LA PAZ INTERIOR.»
¿valió la pena leerlo?
ponelo en práctica y compartilo.
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