En la noche todo es diferente. Las sombras se extienden a mi alrededor como tomando vida propia. No tengo miedo, sólo curiosidad. Pero es necesaria la oscuridad; sin ella no habría luz.
Tengo sueño. Mucho sueño. Me cuesta dormir ocho horas con la reducción de la medicación. Mi descanso se tornó inquieto, menos profundo y no es del todo reparador.
Estoy cansada de los médicos, “pero”, como los abogados…: SON UN MAL NECESARIO.
(Acabo de sacarme la muñequera.. Esto se pondrá ilegible!)
Noto que escribo torcido; hacia arriba. No puedo enderezar el renglón. ¿importa? Supongo que no tiene importancia.
Amon Ra me mira con los ojos bien abiertos y lúcidos. Se subió a la cama. Sabe que me duele y se queda a mi lado. Me toca con su “patota”. Se está poniendo viejo. Yo también estoy envejeciendo, el espejo lo revela. Por dentro estoy mejor pero la “cáscara” comienza a marchitarse. ¿Le temo a la vejez? Sí, le temo a la vejez pero es inevitable e impostergable.
Tengo sueño. Caeré inconsciente en unos minutos aunque en unas horas el sueño será suave, liviano. Pienso en mi padre y en Nikko. Yamila duerme con su lámpara de aceite encendida. Las burbujas verdes suben y bajan. Es hipnotizante. Me duermo… Extraño las olas de la playa. Extraño a mi madre. Quiero dormir!
Besos Mil!
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