El fin de la tarde se acerca a pasos grandes. Las horas tranquilas y solitarias que preceden el atardecer que cada día llega acumulandosensaciones. Un día que comienza a terminar entre colores brillantes. El cielo que cambia, la luz que se transforma...
El sol, inmenso, majestuoso, rey del cielo, comienza a descender en el horizonte lejano y los sentimientos resurgen en su esplendor, se hacen intensos, más profundos; la vida que sigue interminable, y espera el momento de solaz, cuando el sol decide irse para dar paso a su amada luna. Atardecer en un lugar en calma, el alma que se eleva y recorre las distancias para atrapar al sol y su calor. Para conservar la imagen del cielo entre dorados y violetas, y guardar en el recuerdo los rayos que se distinguen en el morir del día. Un día más. Un nuevo atardecer.
Verónica Curutchet
Buenos Aires, 2000-.
Precioso el atardecer, y precioso como lo has descrito,para mí es uno de los momentos más bellos del día.
ResponderBorrarBesitos con rayos de sol preciosa.
un atardecer de oro, con unos colores añadidos espectaculares y vívidos.
ResponderBorrarese azul se despega de la foto hacia los ojos...
un buen lugar para que anide el alma
besos
Bien hermoso, amiga querida, transmites paz y sensaciones bellas. Un beso amigo,
ResponderBorrarV.
Bello paisaje, con texto sugestivo de tu autorìa, abrazos, Julia
ResponderBorrarGracias Julia!
ResponderBorrarPoeta Querido, tu siempre tan cálido y generoso!
ResponderBorrarbesos
Camille:
ResponderBorrareso pienso yo también, que es un buen lugar para que aniden las almas.
mil besos!
Gracias CALIDASIRENA!
ResponderBorrarUN ABRAZOTE!