No digas nada,
cállate, ya has visto,
tus palabras son inciertas,
no las lances de esa forma,
que no serán borradas por el tiempo.
La memoria es el destierro...
¿Puedes hablar sin destilar veneno?
¿Puede ser alguien, tan vil como tú?
¿Puedes abrir tu corazón y ser sincero?
¿Podrías sujetar esa lengua bifurcada?
Deja...
¡no digas nada!
El infierno es tuyo, lo has ganado.
No me ofendas.
No me ensucies.
Tus palabras son inciertas,
entiérrame en el pasado
y ya no hables más.
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