Una última carta desesperada,
la jugada inequívoca de una vida triste,
el dolor de todo lo perdido más mi sufrimiento,
la voluntad que se quiebra en cada ocaso.
Una visión suprema del cielo que espera,
la agonía constante de querer alimentarme
de llenarme de alegrías inexistentes,
bailando con la muerte canto mi último
canto suplicando un poco más de tiempo.
Los ojos que miran todo de otra forma,
una especie de última mirada a lo que amo,
un último vistazo al papel que escribo,
un adiós irremediable a mi cuerpo,
una partida que me apura y me emociona.
No puedo dejar el mundo de esta forma,
tengo tantas cosas pendientes...,
no quiero dejar el mundo bruscamente,
quiero quedarme
¡¡quiero quedarme!!
No llores alma mía, necesitamos un milagro...
Dios, ayúdame a cruzar el valle de la muerte...
© VERONICA CURUTCHET
Una carta estremecedora... se me erizo la piel
ResponderBorrarSaludos y ánimo mi querida amiga... todavía hay mucha caña que moler
besos para ti de Naty
irineBesos y fuerza, querida Vero.
ResponderBorrarFeliz fin de semana.
Uno nunca espera la muerte, menos del alma, yo todavía no decido si el alma se va con el cuerpo o sola o se queda.
ResponderBorrartremendo dilema.
besos
Maravillosa carta, son planteos íntimos de muchos de nosotros.
ResponderBorrarUn abrazo lleno de cariño y fuerza.
Un paseo que deja huella para siempre; intenso.
ResponderBorrarUn placer estar de nuevo.
Saludos.