Me siguen doliendo los silencios
desde aquel día que te dije que te amaba
y tu boca se cerró como un cerrojo
dejándome con las dudas y en el miedo.
Ahora me duelen todos los silencios:
los de las ausencias irreparables,
los de las notas sin respuesta,
los de las manos que se alejan...
Me duelen porque no estás mudo,
me duelen porque te siento lejos,
me duelen porque me duelen
porque me duelen desde dentro.
Me siguen doliendo los silencios:
los que ante la injusticia permanecen inalterables,
los que denotan el disgusto de una verdad no digerida,
los del amor que se va con el correr del tiempo...
y los de las despedidas calladas y solemnes.
Me siguen doliendo los silencios
y no porque la soledad me supere:
me duelen por la incomunicación,
por la indiferencia,
por el hielo,
por el alma endurecida,
por la rabia,
por todo lo que expresan.
Me duelen los silencios y me seguirán doliendo.
© Verónica Curutchet / 2001
Precioso Vero, sin palabras. mil besos
ResponderBorrarhay silencios que nos marcan definitivamente
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