Los semáforos porteños, con nueva cara
Un operario instala un semáforo nuevo
Foto: gentileza gobierno de la ciudad
Foto: gentileza gobierno de la ciudad
El gobierno de la ciudad comenzó a instalar nuevas señales lumínicas; consumen siete veces menos electricidad y tienen mayor vida útil
Poco a poco, los semáforos de la ciudad irán cambiando su fisonomía, a medida que el gobierno porteño cambie los actuales con luces incandescentes por otros que funcionan con tecnología LED (diodo emisor de luz, según su sigla inglesa).
Las razones del cambio: una mayor vida útil, y más confiabilidad y seguridad en los cruces señalizados.
Pero el motivo que cobra especial fuerza en este verano de crisis energética es que los semáforos de LED consumen siete veces menos electricidad que los de lámparas incandescente.
De hecho, en los últimos días el gobierno porteño señaló que varias señales lumínicas estuvieron fuera de servicio a raíz de la poca tensión existente en la red eléctrica.
Con esta nueva tecnología, los cruces que cuentan con unidades de alimentación alternativa de electricidad, tendrán mayor autonomía en caso de problemas con el suministro de energía.
Primera etapa. "Ya instalamos 50 y esta primera etapa prevé poner en funcionamiento otros 250. A lo largo del verano se cambiarán las señales de Libertador, Avenida de Mayo y 9 de Julio", indicó una vocera del Ministerio de Desarrollo Urbano porteño.
La intención es poder instalar esta tecnología en las 3800 intersecciones con semáforo que hay en la ciudad de Buenos Aires.
A pesar de su elevado costo, las señales se amortizan en sólo cuatro años. No sólo porque consumen poca electricidad, sino que la vida útil de un LED es de 100.000 horas, mientras que la de una lamparita común es de apenas 3000.
"Esta mayor vida útil aumenta la confiabilidad y seguridad en el cruce ya que funciona en forma ininterrumpida durante más tiempo y se disminuye el riesgo implícito que genera el recambio de la lámpara. Además, teniendo en cuenta esto, el costo de mantenimiento se reduce 30 veces", destacan en Desarrollo Urbano.
Pruebas. Antes de su instalación, el gobierno porteño realizó ensayos técnicos en la intersecciones de Avenida La Plata con Rosario y con Venezuela, y en Pueyrredón y Beruti donde, ante escribano público, se comparó el consumo de ambas tecnologías.
También se verificó el cumplimiento de las normativas y especificaciones técnicas mediante pruebas realizadas en el laboratorio de la Comisión de Investigaciones Científicas de La Plata.
Poco a poco, los semáforos de la ciudad irán cambiando su fisonomía, a medida que el gobierno porteño cambie los actuales con luces incandescentes por otros que funcionan con tecnología LED (diodo emisor de luz, según su sigla inglesa).
Las razones del cambio: una mayor vida útil, y más confiabilidad y seguridad en los cruces señalizados.
Pero el motivo que cobra especial fuerza en este verano de crisis energética es que los semáforos de LED consumen siete veces menos electricidad que los de lámparas incandescente.
De hecho, en los últimos días el gobierno porteño señaló que varias señales lumínicas estuvieron fuera de servicio a raíz de la poca tensión existente en la red eléctrica.
Con esta nueva tecnología, los cruces que cuentan con unidades de alimentación alternativa de electricidad, tendrán mayor autonomía en caso de problemas con el suministro de energía.
Primera etapa. "Ya instalamos 50 y esta primera etapa prevé poner en funcionamiento otros 250. A lo largo del verano se cambiarán las señales de Libertador, Avenida de Mayo y 9 de Julio", indicó una vocera del Ministerio de Desarrollo Urbano porteño.
La intención es poder instalar esta tecnología en las 3800 intersecciones con semáforo que hay en la ciudad de Buenos Aires.
A pesar de su elevado costo, las señales se amortizan en sólo cuatro años. No sólo porque consumen poca electricidad, sino que la vida útil de un LED es de 100.000 horas, mientras que la de una lamparita común es de apenas 3000.
"Esta mayor vida útil aumenta la confiabilidad y seguridad en el cruce ya que funciona en forma ininterrumpida durante más tiempo y se disminuye el riesgo implícito que genera el recambio de la lámpara. Además, teniendo en cuenta esto, el costo de mantenimiento se reduce 30 veces", destacan en Desarrollo Urbano.
Pruebas. Antes de su instalación, el gobierno porteño realizó ensayos técnicos en la intersecciones de Avenida La Plata con Rosario y con Venezuela, y en Pueyrredón y Beruti donde, ante escribano público, se comparó el consumo de ambas tecnologías.
También se verificó el cumplimiento de las normativas y especificaciones técnicas mediante pruebas realizadas en el laboratorio de la Comisión de Investigaciones Científicas de La Plata.
FUENTE: LA NACIÓN
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