La vida,
que se me escurre entre los dedos,
esta vida que me roba segundo tras segundo
respiro tras respiro el cuerpo
[decrépito a esta altura]
ESTA VIDA, ESTE TIEMPO
que discurre intransigente hacia
el final sabido y rehusado
desde el principio del principio.
La vida,
que ahora cuento de a veintenas
y pronto contaré en treintenas
lejana del principio
acercándose en picada
hacia el final…
esta vida, ESTA Y NO OTRA,
es un desecho de equivocaciones
un rosario de penas con
pocas alegrías.
La vida,
que tengo hipotecada
viviéndola de prestado
[tengo la condena en suspenso]
pensando solamente en
un futuro cercano sin ilusiones
porque no me animo, porque
no tengo ganas, porque cobarde,
me repliego ante la finitud de
mi existencia.
La vida, el tiempo, MI VIDA,
larga travesía tempestuosa,
que precaria se mantiene
sostenida por un trozo de pasado
que fue alegre y luego
-misterioso designio-
nebulosas de tristeza y agonía
espiritualidad perdida
mortalidad asegurada
¡condenada ironía, qué risa!
yo que sufro tanto
no quiero morirme y sin embargo
muero poco a poco cada día
al mirarme en el espejo
-pálida esencia de belleza-
arrugada, encanecida,
encogida por el tiempo y
amargamente sola
ENVEJECIENDO
¡¿QUÉ REGALO ES ÉSTE
QUE EN EL ESPLENDOR
LA FLOR SE MARCHITA Y
PASA SIN PENA NI GLORIA
A LA OSCURA ETERNIDAD
DEL OLVIDO?!
© Verónica Curutchet
THE POEMS OF VERONICA